Recomiendo desde aquí la reflexión que hace en su blog Luis Muiño -ya saben, El Hábitat del Unicornio-, acerca de la pobreza y de los que nunca salen en la foto.
Por otro lado tomo dos poemas del autor que figuran en Esta luz, Poesía reunida 1947-2004, Galaxia Gutember-Círculo de Lectores.
El primero pertenece a 1947, y, según recoge Eloísa Otero en su blog Isla Kokotero, su hija Amelia aún conserva el manuscrito de dicho poema.
TE BEBERÉ el cabello
y cerrare los ojos.
Tú seguirás manando
tu cabello
turbio de besos.
Poeta plural y amplio, quisiera reflejar aquí las dos líneas dedicadas a Chillida en su libro Rumor de límites:
OIGO hervir el acero. La exactitud es el vértigo.
Tus manos abren los párpados del abismo.
Con notarios y maestros de lo cotidiano y de la memoria como Gamoneda, creo que todos podemos atrevernos a entrar en espacios tan reservados como son el autoconocimiento y la emoción. Eso sí, habrá que amar lo que descubramos, que no siempre será grato. Además, nadie lo hará por nosotros.