domingo, 2 de diciembre de 2007

Poesías, de Antonio Mesa


No se me ocurre otra palabra, así que diré que un reencuentro es lo que ha vivido hoy CG. Este masculino singular sirve para designar el almuerzo con viejos conocidos, antiguas relaciones que arrancan allá por los setenta, cuando discurrían los años del conocimiento y de las certezas absolutas –la juventud, claro, ese enfermedad que, confirmo, se va curando con el paso de los años-. Le oigo rumiar: -Las amistades de aquella época bien las puedo calificar como de elocuentes barricadas del pasado, sueños sobrevivientes de entre las fratrías, -φρατρiα- que uno elige, aunque no todas llegan a buen fin.

-Deberías de haberme acompañado -me increpa CG, -Así hubieras conocido a la gente que facilitaron en el pasado el que hoy pueda entenderme contigo. Y comprobado que la biografía de algunos de ellos no tendría nada que envidiarle a la tuya –ironiza. No suelo mostrar aquí los tics de CG, pero en este caso haré una excepción: a veces es hermético y lacónico, es decir, insoportable. Nocturno, silencioso y enigmático (vaya, otra esdrújula), se dirige a la estantería de los libros de poesía y saca un ejemplar titulado Piedra Del Aire. Comentamos su formidable factura y veo que contiene treinta poemas. Su autor es Antonio Mesa Reina (Sevilla, 1950). Entre los dos acordamos que podría ser una buena idea que alguno de los poemas contenidos en la edición escrita abandone la seguridad de los anaqueles y salga a la red. Han transcurrido más de dieciséis años desde la publicación de estos ejemplares que, al cuidado de María José González Rincón –esposa de Antonio-, vieron la luz en Palo Alto, California, en julio de 1991. En ningún momento han perdido vigencia los versos recopilados, y si no, compruébenlo ustedes mismos:

XXIII

Como somos viejos
no hemos aprendido todavía
que el amor no es
la última explosión de los sentidos.

Como somos jóvenes
sabemos de antemano
el secreto cotidiano de la prisa
inundándonos los párpados.

Como estamos viviendo
cada día nos parece
el último aliento desgarrado
de un sauce milenario

Como somos muerte
el tiempo y el espacio
diminutas sombras son
que en nuestros lechos duermen

Yo que siempre me rodeo
de un aire como ausente
trato de entender vida, muerte,
tiempo y espacio.

Todos son arrugas de mi frente.


Antonio Mesa


Antonio, estaré encantado de conocerte la próxima vez que CG y tu os reunáis. Felicidades por el libro. Recibe un virtual abrazo de


Pepe Amodeo

La vuelta. 2 de diciembre de 2007

Volvemos, y que mejor que estas fechas para hacerlo, en la que uno de los dos cumple años y se afianza en su papel de maduro. ¿Más equilibrio, mesura? ¿Más prudencia y moderación? .... Bueno, en ello estamos ....

Pepe Amodeo / CG