martes, 5 de junio de 2012

Piedra, papel y agua: un mapa íntimo

Es frecuente encontrar poemarios donde hay escondidos recintos privados y mapas secretos —dibujados a mano alzada— que conforman una ciudad vaporosa e inasible a la que el autor nos invita a recorrer de su mano. Eso es lo que he percibido leyendo Piedra, papel y agua, la primera obra que Luis Miguel León Blanco (Sevilla, 1968) ha publicado, una especie de trilogía en la que indaga sobre sus propias esencias poéticas, exponiendo, con estilo y oficio, un sentimiento respetuoso y sólido en lo que al quehacer poético se refiere. Escritor comprometido, divulgador de poetas contemporáneos y clásicos y de la métrica española, su aportación literaria a la web de ApoloyBaco le hizo crecer en el escenario virtual, lo que habría de servirle para que después, en solitario, acometiera con éxito su aventura bloguera, La mirada del hombre.

Luis Miguel es poeta que hace concurrir en un mismo plano sueño y razón. Sus poemas cortos, breves como haikus, son experiencias que combinan el instante atrapado con las certezas de un sabio aforismo: Te creías la tierra / y era imaginario. / ¿Cómo puedes creerte tanto, / siendo tú aún más? Y para las distancias medias y largas suele recurrir a las distintas formas de amor, como esta celebración del reencuentro: Nace el día, / la noche es olvido / y vuelvo a encontrarte. Pero también encontramos versos que celebran, con rigor formal y clásico, la propia identidad en unión con la amada, como el poema titulado "Décimas": Soy silencio, sinfonía / de los placeres certeros / que da a mi voz quereros / desde la vida a la muerte, / pues no hay mayor suerte / que abrir los ojos y veros.

El libro está prologado por Francisco Vélez Nieto, que se declara valedor de la "andadura lírica" que el autor ha escogido: "mesura y cautela, algo que lo lleva a meditar y modular la inspiración sin la premura del tiempo."

Como decía al principio, acérquense a Piedra, papel y agua y déjense llevar de la mano de Luis Miguel León Blanco. Con él podrán pasear bajo las águilas esculpidas en piedra, lectoras de sus versos; acceder a las escalinatas de papel que conducen a sus otoños futuros y contemplar los mares, ríos y lágrimas que sueñan con la tierra firme que sus versos describen; al fin y al cabo, qué son éstos sino sentimentales rutas de un yo, que sintiéndose poeta, hace tiempo que se puso en movimiento

CG

Piedra, papel y agua
Luis Miguel León Blanco
Guadalturia Ediciones. Sevilla, 2012