lunes, 29 de junio de 2009

Cerrado por vacaciones

Pepe Amodeo ha dejado de dirigirme la palabra. Está soliviantado porque me marcho unos días de tradicional veraneo, de los de hamaca y playa. En respuesta a su indiferencia, cercana al agravio, trato de apuntarle las claves de acceso al blog para que haga algunas entrada. Nada, todo es en vano. Insiste en que he caído muy bajo. De nada sirve el reciente paseo por la Garrotxa, la visita al Museo Gala-Dalí de Figueras, el homenaje gastronómico que nuestros estómagos recibieron en L´esponellá, en Can Roca, donde hacía parada y fonda aquel Josep Pla de Vida de Manolo contada por él mismo, el breve paseo al Barrio Judío de Gerona, cruzando los mismos puentes donde Ariadna Gil rodó algunas escenas de Soldados de Salamina, y el final de luz y color de la Boquería, del barrio gótico barcelonés y de la Iglesia de Santa María del Mar...
A punto de perder toda esperanza, me deja caer un folio en el que reconozco un antiguo poema suyo, alusivo a Brahms, mascullando algo así como:

-Al menos haz algo con esto.

Memorizo y recuerdo lo insoportable que se puso este Pepe Amodeo hace más de treinta años, cuando recibió de regalo un disco de vinilo con la Tercera Sinfonía. Se ponía al lado del giradiscos y repetía el Poco Allegretto una y otra vez. No diré que acabara odiando la pieza, pero el disco fue perdiendo lentamente la poca calidad que tenía. Mas tarde nunca le ofrecí el acceso a una copia digital. La conclusión es sencilla, ¿no?

Mientras transcribo el poema parece arrepentirse. Dice que es un mal trabajo, y que, como ha expresado Joan Margarit, “un mal poema nunca es inocente”. Le doy la razón. A Margarit, claro. Pero ahora el teclado es mío, así que entre el silencio y la crítica severa y demoledora elijo la última opción. No es la mejor, pero es la mía.

Hasta el mes de Agosto.

CG

CONTRA sombras

Tercera Sinfonía, tercer movimiento. Poco allegretto
J. Brahms

La cita es siempre al atardecer,
frente al espejo repleto
de escondidos recuerdos.

Allí él esboza silueta
e insinúa una única
y enigmática sonrisa:
me invita a navegar
por los mensajes perdidos en la melodía,
Insalvables las dudas del que, estando
Solo, solo se sumerge en abismales mares;

y allí los sueños,
con notas volcadas a partituras
imposibles, escaladas con negras figuras,
huellas espaciadas de cuanto he perdido.

Entonces juego a adivinar
la vaporosa presencia de Clara,
perdida la esperanza de encontrar
el ángulo, el aleph, desde
el que la observara su Roberto.

Cada tarde, pacto de sombras.

Pepe Amodeo





Para escuchar el tema entero se puede acceder al siguiente enlace de YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=ejOTIAf-giM

viernes, 26 de junio de 2009

Bajo las arenas del tiempo

Es verano y el calor se torna armadura invisible, dejándonos torpes y lentos de movimientos, cuando no absolutamente paralizados. Todo se vuelve denso y pesado y el futuro, como si de un bazar de todo a cien se tratara, ofrece imágenes prometedoras y de ensueño. Inoculadas por métodos ensayados hasta la saciedad en los laboratorios de los sociólogos y psicólogos de lo audiovisual, el filón ya no da más de sí, y ya no hay quien se crea un mundo convertido en un infinito Caribe con Todo Incluido. La falta de introspección y el continuo falseo de lo real con el que hemos pactado, insiste en mostrarnos un sol de ensueño que templa doradas y somnolientas arenas. Y entonces te topas con una foto como ésta. El tiempo muestra sus alas más siniestras y sirve para que te interrogues sobre si los deberes colectivos se están haciendo de manera correcta.

Se hace llamar Satzeke y en Panoramio, pinchando aquí, se pueden ver otras fotos del mismo autor.

Tanto CG como yo nos hemos quedado impresionados por el impacto que causa la imagen, situada en las siguientes coordenadas: latitud, 37°23'8.39"N y longitud, 5°59'28.04"O. Siempre sin salir de Google Earth, claro.

Felicidades, Satzeke, por tan notable trabajo.

CG / Pepe Amodeo

lunes, 1 de junio de 2009

Junio

Junio, a pesar de tener fonética masculina, suena a diosa. Su sombra suele ser fresca y el verano es una promesa de los cielos que acudirá puntual a su cita. No tiene rigores y nuestro tiempo discurre somnoliento, intuyendo que nos sucederán grandes naderías o pequeños cataclismos. Junio, agrícola y académico, de prolongadas noches de San Juan y de incombustibles días.

Le digo a Pepe Amodeo que encuentre luminosos versos dedicado a Junio de entre nuestros amigos. Y los encuentra, vaya si los encuentra. Una vez más viene de la mano de María Sanz, esa mujer, esa ciudadana del decir poético universal, inconmovible a las modas y a las tribus, ... Ni la soledad ni la independencia son para ella bagajes pesados, ni cargas con las que pasar factura, sino más bien destino y viaje en sí mismos.

JUNIO

Y llegará el verano.

Yo sé que va a llegar,

con su espejismo

de nieve atravesando mis desiertos.

Será un verano umbroso,

con sol agonizante,

cuyos rayos

abrazarán la antigua

figura de quien tuvo

vientos para azotar múltiples alas,

pero que se estremece

al ver su tempestad a ras de tierra.

Verano

más cerca de la vida

que del tiempo.

¿Habrá espigas que doren su llegada?

Maria Sanz

Junio pertenece al poemario Aquí quema la niebla, y fue premio Carmen Conde de Poesía en 1986. Fue editado por la Editorial Torremozas.

CG / Pepe Amodeo