martes, 17 de junio de 2008

El gesto de la Muerte

Dedicado a Jose, buen esposo y mejor padre.

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

-Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde-, sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.

Este microrrelato es común atriburlo a Jean Cocteau, y su traducción a Jorge Luis Borges. Si lo traigo aquí es porque la muerte, esa inefable certeza que a cada momento ignoramos, ha estado rondando el lecho de MC. Ahora parece que se aleja, que vuelve a tener ocupación buscando al consabido jardinero de Ispahan, es decir, a cualquiera, a todos ...

CG

domingo, 8 de junio de 2008

Cruce de caminos

Abro el correo que comparto con CG -he renunciado a tener mi propia dirección de correo-, y cometo la indiscreción de leer una nota que le envía un señor, al que llamaremos sólo LM, que solicita la dirección de este experimento que lleva mi nombre, Pepe Amodeo. Soy malicioso y sigo leyendo algo que no me pertenece. Por cierto, antes, cuando una misiva iba en soporte papel, sólo había un ejemplar de lo escrito, y a pesar de ello, no quedaba claro a quién pertenecía la misma, si al que la había escrito o al destinatario. Ahora, lo escrito se multiplica en forma exponencial y puede aparecer en las mismas manos en que antes acababan los libelos: en las de los censores (ahora controlan hasta el Google, y, por ejemplo, la palabra buscada en China no devuelve los mismos resultados que cuando se busca en Alemania), o en las del editor que las esparce en forma de libro, es decir, propiciando y permitiendo su difusión, antes en papel y ahora virtual. Así que le concedo a mis ojos la licencia para seguir curioseando sobre algo que no me pertenece: obvio lo malsano que pueda haber en ello y lo justifico con que le estoy echando una mano al alienado CG, perdido en un laberinto profesional que él mismo sabe que no tiene futuro.

Entre otras cosas, este señor LM le presenta su propio blog, La mirada del hombre, un cuaderno de bitácora de clara intencionalidad poética. Espero convencer a CG para que lo incorporemos a nuestra lista de Imperdibles, además de añadirlo a la lista de favoritos del explorer.

El título de este post, Cruce de caminos, se debe una simplificación figurativa que me permito darle a toda una amplia lista de sinónimos que me parecen menos apropiados: entre LM y CG es probable que hayan existido coincidencias biográficas, orígenes comunes, ... y que acaso hayan compartido alegrías y contrariedades en un mismo tiempo y entorno... ¿Y que son los cruces de caminos, sino espacios donde temporalmente concurren hechos, personas, ... convocados por el cruel espíritu de lo efímero?

Esta vez no voy a consultar a CG sobre lo redactado: tengo la clara intuición que es el post que él mismo hubiera escrito para saludar a LM y darle la bienvenida a estas inmensas y desproporcionadas avenidas que propicia la web, en las que, sin embargo, se siguen produciendo, aunque de manera ocasional, cruces de caminos.


Pepe Amodeo