Oh, Fortuna. Con mayúscula. Un nominal que infiere alegría la mayoría de las veces, pero que, como escribieron los anónimos goliardos de la época, “siempre cambiante / creciendo y decreciendo, / unas veces oprimes y luego calmas; / la miseria / y el poder / se derriten como el hielo / ante tu presencia”.
Hoy es el día. Hoy se romperán muchos sueños, pero unos pocos “afortunados” podrán subirse a la superficie generosa de la rueda... Que les dure mucho. Que ojalá les dure para siempre... Tanto, que cuando la cara oscura de la rueda vuelva a pedirles tenebrosos intereses por las venturas recibidas, hayan olvidado el juego. Y de nuevo renacerá en ellos la ilusión por ascender desde los infiernos, de volver a alcanzar el lado brillante de la rueda... Et sic in infinitum.
CG / Pepe Amodeo
2 comentarios:
Pepe Amodeo no me ha querido aclarar el porqué de este enorme lapsus, de esta quiebra transitoria que nos ha llevado a suspender las entradas al blog durante seis meses. Al parecer, el hombre ha querido tomarse su tiempo. Y por esta vez, sólo por esta vez, ambos hemos estado de acuerdo.
Hola, Cipriano:
Encantado de entrar en tu blog. Un cordial saludo, tras el día pasado como final del curso de inglés. Me ha parecido muy positivo. Espero seguir en contacto.
Un abrazo.
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