sábado, 4 de agosto de 2007

Vicente Buígues, el héroe del hundimiento del Sirius

Hoy hace 101 años que tuvo lugar el naufragio del Sirius, un trasatlántico a vapor con más de veinte años de servicio y que fue construido en Glasgow, Escocia. Había partido del puerto de Génova y se dirigía a Río de Janeiro, Santos y Buenos Aires con unos 1300 pasajeros a bordo, si bien nunca se contabilizaron las personas que viajaban de forma ilegal en las bodegas del barco.

A su paso por el cabo de Palos, frente a la Manga del Mar Menor, pasadas la 16 horas de aquel cuatro de Agosto, un crujido atronador sacudio la nave, creando una gran confusión entre la tripulación y los pasajeros. El casco había encallado en el Bajo de Fuera, una especie de aguja que está a menos de tres metros de profundidad, quedando enganchado en este escollo perimetral de las Islas Hormigas.

Tras el desconcierto inicial, estallaron las calderas produciendo un número indeterminado de muertos; la proa se elevó y la popa quedó ligeramente hundida. El desastre se completó cuando el capitán del barco, Piccone, y un grupo de oficiales, mostrando una actitud miserable y mezquina, fletaron un bote y abandonaron a su suerte a los tripulantes. El resto de la marinería, ante semejante cobardía y falta de escrúpulos, siguieron su ejemplo, dejando sumida en la desesperación a los viajeros, que veían como se esfumaban cualquier posibilidad de salvamento.

Numerosos barcos que estaban por la zona, ante la columna de humo que el barco emitía y el cambio de silueta en el horizonte, se dirigieron hacia el buque naufragado. Algunos de ellos, de bandera francesa e italiana, salvaron a un número reducido de víctimas. Sin embargo fueron las embarcaciones de pesca, laúdes* en su mayoría, los que colaboraron en el salvamento de centenares de supervivientes. Vicente Buígues (o Bohígues), era el patron del laúd Joven Miguel. En contra de la opinión de la tripulación -casi todos familiares-, exponiendo su vida y la de sus colaboradores, acercó la proa al barco, y colocando unos tablones que dificilmente soportaban el paso de personas, logró salvar a más de trescientas personas, aunque para ello tuviera que valerse de un revólver: la máxima de las mujeres y los niños primero, presente en situaciones de emergencias, brillaba por su ausencia, ya que los indefensos eran arrollados sistematicamente por los más fuertes y poderosos.

Tras su hazaña fue condecorado por los gobiernos de España e Italia con la Cruz del Mérito Naval con Distintivo Rojo y con la Medalla de Oro de Salvamento de Náufragos (Cruz Roja). Fue recibido por el propio Rey Alfonso XIII en el Palacio Real, estableciéndose entre ellos una sólida amistad que se mantuvo en el tiempo. Unos años más tarde, estando Vicente en Valencia observó un revuelo en el puerto marítimo, comprobando que se debía a la presencia del monarca. Intentó romper el cordón de seguridad y casi resulta arrestado.

Si bien las crónicas no nos remiten al final de la historia, me quedo con lo que escribe Javier Cercas en Soldados de Salamina: de no ser por Alcibiades nada sería igual en el mundo. No obstante, añado que la vida y las acciones de personas como Vicente Boígues, justifican, aunque sea minimamente, la confianza que depositamos en ellas.

CG

*Definición del DRAE.- Embarcaciones pequeña del Mediterráneo, de un palo con vela latina, botalón con un foque y una mesana a popa.

Para saber más sobre este importante suceso que ocupó sobradamente la prensa de la época, entrar en las siguientes páginas:



2 comentarios:

suiso melenas dijo...

Querido compañero de fatigas!

A ese magnífico sitio que es CABO DE PALOS, he tenido la suerte de ir y disfrutar de ello. Es como un islote en medio del mar. Este pueblo costero del levante se encuentra en medio de zonas densamente construidas y destrozadas a mi entender como es la vecina manga del mar menor y otras. Sin embargo, este pueblo mantiene ese ambiente de pueblo de pescadores, que se palpa con solo ver su pequeño puerto, en dónde no hay cabida para naves grandes.
Yo personalmente he buceado en el bajo de dentro, creo recordar. He ido varias veces y he visto gorgonias a 40 metros de profundidad (en el límite del buceo deportivo), bancos de barracudas que salen de la zona de reserva a pasear por los alrededores y por supuesto meros así como pececillos de colores y otras especies. Este lugar me parece mucho más vivo en colores y vida que los fondos que visité de la provincia de Alicante. El centro de buceo se llama naturalmente ISLAS HORMIGAS, como no.
Como sitio en cabopalos me quedo con el kiosko KATI, junto al puerto y hecho de madera, como los "chiringuitos" antiguos, de los que es superviviente. Se come un exquisito caldero (al menos a mí me lo parece) con pescado de roca al que se le añade algo de ajo (como allí le llaman al ali-oli).
Lo que tampoco olvido es la calidez de la gente de Murcia, que sin ser andaluces, es casi como si lo fueran.

Una pena que el sirius esté tan profundo. Otro día te contaré algo sobre mi buceo en el thistlegorm (barco carguero británico hundido por los alemanes en la segunda guerra mundial en el mar rojo) prácticamente entero, con la quilla a 30 metros de profundidad. Seguro que san google te cuenta algo más...

Pepe Amodeo / CG dijo...

Gracias por el comentario y la información Mario. Yo creo que el mundo submarino es un universo tan desconocido como cualquier lejana estrella. Y los que habéis estado en el fondo marino, sois unos afortunados... Y no te digo nada de Jacques Piccard, sí, el mismo que con Donald Walsh bajó a la fosa de las Marianas el 23 de Enero de 1960. Por cierto que murió el pasado 1 de Noviembre del 2008, en tu querida Suiza, a los 86 años. ¿Qué hizo? Imaginemos el Everest y le añadimos un par de kilómetros más a su longitud, Hágase un molde en vacío de esas mismas proporciones, démosle la vuelta y se le mete en el mar. Hasta allí abajo llegaron los dos exploradores en el batiscafo “Trieste”.

Cuando menos, impresionante ¿no?

CG